El Papa Francisco confiesa haber robado a un amigo.


El papa Francisco dejó a todos en Shock cuando el jueves pasado realizara una inédita confesión : Admitió haber robado del ataúd donde reposaba un amigo sacerdote la cruz del rosario que sostenia entre sus manos el difunto.
La confesión la hizo en una audiencia a los párrocos de su diócesis. El Sumo Pontífice quiso destacar la importancia de la “misericordia” entre los sacerdotes y para ello contó la historia del padre Aristide, un anciano, que era muy conocido por ser un “gran confesor” y que incluso confesó a Juan Pablo II durante su visita a Argentina. Francisco recordó que en esa época el solo era vicario general y que acudió a la capilla ardiente, pero se sorprendió de que no hubiera nadie, sólo un par de ancianas velándolo.
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